lunes, 25 de julio de 2011

Las minitas aman los payasos...

Llorar sobre la leche derramada no sirve para nada. Ni esos aires de triunfalismos galopantes de hace unas semanas, ni “se viene la noche” que reina en estos días, producto por supuesto, de una oposición (política, mediática, empresarial) que venia en caída libre, y puede sacar pecho y mostrar algunos “triunfos”. Pensemos los últimos tiempos, conflicto por la 125, claro retroceso del kirchnerismo, ni que hablar post elecciones del 2009, con el “alica alicate”, a la cabeza. Sin embargo, al sentirse acorralado el conductor de este proceso decidió ir por mas, pero siempre, (y me gusta remarcarlo), acordando, con los “buenos”, y también con los “malos”. Porque en definitiva de eso se trata la política. Poder encauzar una serie de voluntades. Y como siempre, lo importante, es quien lo conduce, y que rumbo toma. Porque si nos “alarmamos” por la elección de Santa Fé, (y yo soy uno de esos admito), por el concepto de la “no política” reinante en el candidato Miguel Del Sel, porque nunca se le escucho una, ni siquiera una, propuesta “verdadera”, mas que un par de frases “para la popular”. Pero, sincerando, a Daniel Scioli, se le escucho alguna definición política jugada, más que su querido latiguillo de “con trabajo, con esperanza, con voluntad”.
El “gran” ganador de los dos últimos comicios, es el PRO, con su elección arrasadora en Capital (nos guste o no, lo voto la mitad de la gente que fue a votar) y la buena elección en Santa Fé. Ahora bien, este gran ganador, el “opositor” por excelencia, ¿se presenta el 14 de agosto?. Conviene o no, dentro de la estrategia, que el gran ganador opositor a tres semanas de las primarias, sea un partido que no presenta candidato a presidente. A no alarmarse, en política, tenemos que tener una mirada corta, mediana y larga. Antes de ver la vereda de enfrente, tenemos que acomodar ciertos casilleros para adentro.

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