miércoles, 24 de marzo de 2010

El que murio luchando vive en cada compañero

Los regímenes militares latinoamericanos intentaron realizar dos grandes tareas: normalizar la economía y reimplantar el orden en la sociedad mediante la resubordinación del sector popular. La normalización de la economía implicó la implantación de un modelo basado en la redistribución negativa del ingreso, la disminución del producto bruto industrial y el aumento del desempleo estructural. La reestructuración del conjunto de la sociedad implicó un sistema de exclusión y desmovilización política de los sectores populares activos en la etapa anterior. A fin de lograr estos objetivos las FFAA decidieron ocupar el Estado. Además de los cambios en la normativa legal (supresión constitución, cierre congreso, prohibición partidos políticos y sindicatos), era necesario desarrollar una estrategia clandestina de represión y que lo opositores no sólo debían ser neutralizados sino también exterminados físicamente. La clandestinidad de las acciones represivas tenía dos propósitos: en relación con el frente externo, evitar y retardar las protestas y presiones internacionales como las que había tenido que enfrentar la dictadura chilena, y evitar también una oposición eventual de la diplomacia vaticana. En relación con el frente interno la clandestinidad y arbitrariedad de la estrategia represiva aseguraba la efectividad de las operaciones en tanto impedía la fiscalización y el control del ejercicio del poder militar, y resultaba en la paralización por el terror de las respuestas y defensas de la población. El carácter clandestino complico la futura investigación judicial. La guerra contra la subversión fue de un carácter total. Por un lado, la definición de los potenciales enemigos fue tan amplia que no dejó carácter social por incluir. Por otro lado, si bien la represión tuvo un carácter sistemático y metódico, hubo ciertos hechos que, al aparecer como arbitrarios e incomprensibles, reforzaron el terror y el miedo que la represión debía producir.
Hoy estuvimos en la plaza, es muy lindo ver varias generaciones bajo el lema del "NUNCA MAS".

jueves, 18 de marzo de 2010

Por los tipos que huelen a tigre, tan soberbios y despiadados.

Voy a tratar de abordar un tema difícil, por la complejidad. No soy un gran experto pero en algun momento queria empezar. Y es el tema de la economía. Sobre todo porque básicamente mucho de los dilemas políticos de hoy en día tienen enjambre en lo económico (Papel del BCRA, Mercedes Marco del Pont, Uso de reservas, pago de deuda, inflación). Pero como pienso que la economía es una ciencia social, y no una ciencia exacta, puedo intentar esbozar una crítica, hacia muchos economistas que todo el día repitan formulitas clásicas, como si fueran verdades reveladas. Entonces uno escucha por ahí, “si se suben los salarios, hay inflación”, “las reservas son intangibles” (?), “debemos tener una política fiscal equilibrada” (???), etc. Lo que muchos de estos economistas no entienden es que la economía tiene que estar al servicio del hombre y no a la inversa. Solo es entendible sabiendo que estos economistas representan intereses contrarios a los nuestros. Son aquellos que creen ver en la Argentina un país dependiente y primario, los grandes centros de poder de los sectores encarnados en el gran empresariado rural e industrial ligados al capital extranjero.
En nuestra visión es el Estado aquel que debe regular la economía, a través de sus herramientas redistribuyendo los ingresos, favoreciendo al sector asalariado, a la integración de las regiones económicamente marginales, regulando el uso social del excedente, logrando romper las disparidades de carácter estructural, tomando medidas para lograr la soberanía económica.
Es lógico que al intentar algunas de estas cuestiones estos grupos de poder que nombrábamos anteriormente no se iban a quedar tan en el “molde”. Al realizar estas acciones, uno toca intereses demasiados poderosos. Y por eso es que en este proceso se debe contar con la mayor legitimidad de los sectores progresistas, nacionales y populares. Pensemos que desde la otra vereda, los mecanismos de defensa (y también de ataque) están muy bien aceitados. Basta ver los medios de opinión, declaraciones de algunos políticos, empresarios, sectores de la Iglesia, algún que otro referente social. Empecemos a transmitir que lo que debatimos es política, lo “publico”, lo de “todos”, no candidatos, sino proyectos. Y de una vez por todas, los que estamos de este lado, empecemos a visualizar bien al enemigo.
El camino hacia el 2011 tiene que encontrarnos debatiendo las diferencias, pero intentando encontrar propuestas superadoras que puedan vencer a los candidatos del “retroceso” (viendo los “presidenciables” imagino que harán con todas las conquistas que logro este gobierno). Ojo, volvemos a repetir, los que estamos de este lado también tenemos que seguir encontrándonos para superar diferencias. Es política che!!, se creían que era algo fácil. O se imaginan el consenso de la sociedad Rural si llevamos a cabo la reforma agraria, o el Consenso de Bergoglio y la Iglesia si se legaliza el aborto y el matrimonio gay. Y los medios? Ah si, ley de medios, “la tienen adentro muchachos